La Inteligencia Intuitiva sienta sus bases en el cerebro emocional. Se trata de la zona más antigua del cerebro, encargada de procesar los principales estímulos provenientes del medio. De hecho, cuando nos encontramos ante situaciones que debemos resolver inmediatamente, se activan una serie de imágenes relacionadas con el hecho en cuestión. A su vez, esas imágenes activan recuerdos emocionales, ya sean dolorosos o positivos, que influyen en la decisión que tomaremos. Por ejemplo, cuando debemos decidir si le vamos a dar una segunda oportunidad a nuestra pareja, inevitablemente, en nuestra mente se activan los recuerdos de relaciones pasadas. Esos recuerdos pasan por delante de nuestros ojos, como si de una película se tratase, e inclinarán la balanza en una u otra dirección. Si las experiencias han sido positivas, es probable que decidamos darle una segunda oportunidad, si han sido negativas, es probable que no se la demos. Este proceso transcurre de forma consciente, por eso...